Fecha

sábado, 21 de mayo de 2016

Río Benéjar


Morrón de Mediodía y Peñón del Puerto (Sierra Nevada)

Aldeire (Granada), al abrigo de Sierra Nevada acoge la ruta que os propongo en esta ocasión, y no es otra que el río Benéjar y sus famosos castaños.
Comenzamos la ruta desde el área recreativa de La Rosandra, a escasos dos kilómetros de Aldeire.
El área recreativa se encuentra a algo mas de 1.350 metros de altitud, y es encantadora. Se respira tranquilidad y naturaleza.
Aquí da comienzo la ruta, que aunque nosotros la hicimos así de corta, se puede alargar cuanto quiera o pueda uno.
Íbamos a cruzar el río a la margen izquierda pero, el vado era algo ancho para llevarlo a cabo, así que decidimos subir por la margen derecha y hacerlo por el puente colgante, pero no pudo ser, ya que se encontraba cerrado por motivos de seguridad al parecer, según nos contó un vecino que se encontraba en el lugar, así que hubimos de cruzar el río valiéndonos de un tronco que encontramos por allí.
Cruzado el río alcanzamos el carril, y unos metros después encontramos uno de los primeros gigantes arbóreos (un castaño centenario, no sería el último).
Unos metros después cruzamos el río por una pasarela de piedra, desconozco el nombre específico de este tipo de  pasos.
En todo momento vamos acompañados de las sombras que proyecta un magnífico y precioso bosquete de ribera formado de castaños, álamos blancos y negros, y un par de especies no habituales, ni autóctonas.
Llegamos a una Tinada (corral de ganado), y allí nos encontramos con otro colosal castaño, también centenario con un enorme tronco.
Cien metros después llegamos a la primera cascada del grupo que vimos a lo largo del trayecto.
Volvemos a cruzar el río por otra pasarela de piedra. Un poco mas arriba se encuentra un pequeño prado donde tumbarse  y contemplar la naturaleza. Una pequeña represa nos sirve de escenario fotográfico.
El paisaje es francamente bonito. Esta ruta siempre la he visto  en otoño, cuando las hojas de los caducifolios (sobre todo castaños) se tornan ocres y es francamente sugerente, pero en primavera es una gozada también.
Seguimos unos metros por el carril, pero al llegar a otra "tiná", lo abandonamos y descendemos hasta el cauce del río por el que remontaríamos el mismo.
Llegamos a otra cascada, muy bonita. Hemos pasado por una zona donde hemos contemplado unas bonitas y hermosas secuoyas y unos cedros (posiblemente atlántica), las otras especies no autóctonas de las que hablaba anteriormente.
Aunque el recorrido fue corto (4'8 kilómetros), tardamos casi tres horas en recorrerlo, pero es que este río es para disfrutarlo, para sentirlo, hay que olvidarse del reloj.

Así que un rato después llegamos a la última cascada de nuestro paseo, aunque continuamos unos metros mas arriba,  decidimos dar media vuelta para descender el río de nuevo por el mismo trayecto, merece la pena.
Atravesamos de nuevo todos los bellos rincones que hemos pasado previamente, y me alegro de ello, pues pensábamos hacer un recorrido alternativo que creo no nos hubiera dejado satisfechos.
Las secuoyas me dieron una gran alegría, pues soy un enamorado de la flora, sobre todo de los árboles, siendo seguidor de algún grupo de árboles en Facebook.
Repito algunas fotos de vuelta, la iluminación cambia totalmente la visión de un rincón como de la noche al día.
Aunque este tipo de días que no acaba de salir el sol, pero tampoco permanece nublado mucho tiempo, vuelve loco al fotógrafo, cambiando de ISO, y sobre todo, de balance de blancos, (importantísimo) constantemente.
Finalizamos en el área recreativa de La Rosandra, donde nos quedamos a comer deleitándonos con el rumor del agua y el canto de las numerosas aves que pueblan este maravilloso bosquete.
Magnífico bosquete de ribera

Me gustaría repetir la ruta, pero en temporada otoñal, ya veremos si la próxima temporada animos a mis compis de correrías.


Nota:Ruta lineal de ida y vuelta, con dificultad técnica fácil y nivel físico normalito.


C R O Q U I S




P E R F I L

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