Fecha

jueves, 28 de octubre de 2010

La Batalla de las Navas de Tolosa

Torreón de Navas de Tolosa, desde la falda del Cerro Luna
En estos días he estado leyendo el libro "La Batalla de Las Navas de Tolosa", escrito por el carolinense Manuel Gabriel López Payer, doctor en historia por la Universidad Complutense de Madrid. He de confesar que me he quedado asombrado por la cantidad de escritos, leyendas y, bibliografía que existe, y la que sigue generando esta famosa Batalla, no sólo en España sino allende sus fronteras.
Campo de batalla visto desde el Collado
de la Estrella, cercano al Puerto del Rey
lugar de paso de las tropas cristianas.
Campo de batalla visto desde el Cerro de
Los Olivares, posición ocupada por las
tropas musulmanas de Al-Nasir.
La historia está tratada con todo lujo de detalles; la recopilación de datos, escritos, bibliografía, manuscritos etc., ha debido ser un trabajo ingente, todo ello contado de forma cronológica en como sucedieron los hechos.
Torreón Nava de Tolosa
Parece mentira sin embargo, que haya tenido tan cerca el escenario de un hecho histórico para el devenir de España y, al que nunca le había prestado la atención debida y eso que paso entre tres o cuatro veces por semana con mi bicicleta por el campo de batalla (Llano de las Américas), la ignorancia de lo que nos es cercano, hace que no se le preste la debida atención, aunque siempre me he sentido fascinado por el cerro La Mesa del Rey, lugar de acampada de la hueste cristiana.
Torreón desde el Suroeste
Las tropas cristianas ascienden desde el río Magaña hasta la cuerda de La Estrella por el Puerto del Muradal, para dirigirse a lo que hoy es Santa Elena por el Paso de La Losa pero, cuando llegan al Castillo de Castro Ferraz -en sí no es mas que un torreón de vigilancia-, tiene lugar la primera refriega contra los musulmanes, así que ante la desconfianza que presenta el Paso de La Losa y, aconsejado con buen criterio por sus asesores, el rey Alfonso decide atravesar la cuerda de La Estrella -advertido al parecer por un pastor llamado Martín Alhaja que es conocedor de los vericuetos de esta sierra (este dato presenta alguna contradicción)- por un paso que se ubica unos kilómetros mas al Oeste, el cual hoy es conocido como el Puerto del Rey.
Cara Sur
Vista al Noreste, río de La Campana
Vista al Norte
Bien, desde aquí descienden las tropas cristianas hasta un cerro cerca de Miranda del Rey cuya base es casi llana -de ahí su actual nombre, La Mesa del Rey-, aquí planta su campamento la alianza cristiana para no encontrarse en desventaja con las tropas de Al-Nasir, que se encuentran apostadas en el Cerro de Los Olivares, La Viñas y cerro del Tío Silverio, a unos 3 kms. de distancia en dirección Sur.
Entre medias de ambos campamentos, se encuentra el extenso "llano", campo de batalla a posteriori, y que hoy es conocido como el Llano de las Américas, el resto, tuvo lugar el 16 de julio de 1212 y, ya es historia.
Cara Norte
1.- El rey Alfonso VIII parecía ser hombre honorable, reparte el botín de la contienda entre los reyes de Aragón y de Navarra, él solo se queda con la honra de haber ganado la batalla, resarciéndose de la derrota sufrida contra los moros en 1195 en la batalla de Alarcos (Ciudad Real), hecho que le atormenta y no deja de perseguirle. Así mismo reparte los botines que consiguen en la toma de los castillos de Malagón, Calatrava la Vieja, Salvatierra, Caracuel etc., y ciudades de Baeza y Úbeda, amén de correr con los gastos de la campaña que fueron cuantiosos.
Cara Norte
Vista al Sur
2.- Se desprende de lo leído que Alfonso VIII era realmente piadoso -para lo que se estilaba en tiempos-, puesto que en la toma de los citados castillos, siempre intenta llegar a un acuerdo mas o menos honroso para no tener que exterminar a todos los moradores (musulmanes mayormente) de los mismos, viéndose en la necesidad de guardar  la ropa ante la amenaza de excomunión por parte del Papa Inocencio III (esta campaña fue declarada por éste, como una Cruzada en toda regla por y para la religión), sin embargo el Papa, aporta mas bien poco, por no decir nada.
También guarda un poco la apariencia ante las fuerzas (aliadas) ultramontanas llegadas de Francia que sólo querían sangre, por lo que se ve entre la espada y la pared en la toma de decisiones más o menos expeditivas que pudieran ir en contra de su conducta moral.
3.- El rey hace gala de ser hombre prudente, ya que todas las acciones que pretende llevar a cabo, las consulta con los otros dos reyes así como con el arzobispo de Toledo Rodrigo Ximenez de Rada y, sobre todo, con su mano derecha Diego López de Haro, que fué su mejor vasallo, no imponiendo su autoridad por la fuerza sino consensuando las decisiones.
Vista al Suroeste, río de La Campana
La Carolina
4.- Por último: de lo leído, se desprende o, al menos esa es mi lectura, que este rey cristiano, demostró ser guerrero y hombre de honor -según los cánones-,  y es que en dicha batalla y ante la aparente falta de empuje -¿cobardía?- por parte de sus tropas, le espeta al arzobispo de Toledo; "Arzobispo, muramos vos y yo aquí".


Cara Este
P.D.
Recomendable la lectura del libro mencionado al inicio y que me ha servido para publicar esta entrada. Al menos echar un vistazo a dibujos y fotos para hacerse una idea gráfica del desarrollo de la batalla.


Pasodoble ganador del Concurso Carnavalesco de Pasodobles de La Carolina dedicado a la batalla de las Navas de Tolosa en su VIII centenario. (Chirigota carolinense Los Curiosos.)

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